Se ha vuelto habitual que en cualquier día de la semana, sobre todo sábado y domingo, el gobierno de Daniel Ortega, por medio la Alcaldía y de las instituciones gubernamentales, se tomen los alrededores de la iglesia Catedral con las bulliciosas ferias de granos básicos, vegetales, agropecuarias, gastronomía, mitines políticos y toda clase de ofertas para todo tipo de compradores, turistas y curiosos.
La dictadura, sin ningún tipo de restricción, ordena que se instalen sistemas eléctricos de alto voltaje, toldos de todos los tamaños en todo el perímetro de la Catedral que comprende el atrio, la calle principal, el paseo Juan Pablo II, el Parque Morazán, la calle de la policía, el Centro Cultural y la parte posterior del templo.
“En realidad se toman toda la avenida y hasta cierran las calles dos cuadras antes de llegar a la Catedral. Esto es un desorden horrible, la bulla insoportable y se alborotan los ladrones desde la mañana a la madrugada”, dijo doña Leonor Polanco, habitante del sector y afectada de enfermedades crónicas que se han agudizado con esta situación.
“Esta gente no respeta nada, ni a los que vivimos aquí, ni el tráfico ni a nadie, hacen sus escándalos y nadie les pone un freno. Aquí hay gente enferma y nos van a matar. Para todo cierran la calle dos, tres días, una semana entera y no hay ley que valga”, denuncia.
“Una tortura”
“Cada vez que se instala una feria frente a Catedral o al costado de la misma, garantizan que haya un sistema de sonido estridente que de noche se oye más alto y hay más ruido que música”, denunció por su lado el joven Aurelio Lanzas, otro habitante de la zona.
Aseguró que es “una tortura tener todo ese escándalo durante el día y la noche y los vendedores que se quedan en los tramos arman sus bochinches también. Es insoportable eso y a la policía le vale y hasta se alegran de tanto desorden”, se queja.
Los pobladores consultados afirman que desde hace cinco años, no existe un fin de semana tranquilo. “Si no es una feria, son juegos deportivos, las carreras de moto, las tarimas para boxeo, los desfiles de caballos, las bandas musicales, las marchas con morteros y cohetes, en fin es interminable. No estamos en paz”, expresó un señor que se identificó solo como Inocencio.
Aseguran que en sus propagandas para cada actividad, el régimen convoca al desorden pregonando que habrá “un ambiente de alegría y con gran participación de la población, presentaciones culturales, pasarela revolucionaria y fiesta popular”.
“En realidad, lo que siempre significa es una fuente de ladrones, prostitución, desorden, bulla y el riesgo de matar a la gente con el estrés de casi todos los días”, se quejaron los mataglapinos.
Comments