Un estudiante de secundaria sentado en su pupitre se rasca la cabeza, se pone tenso y “baja todos los santos del cielo”, porque han pasado muchos minutos y no ha podido resolver una simple operación aritmética en su aula de clases, al final desiste y no hace el ejercicio. Ese es un cuadro común que, en los últimos años, se ve en los colegios de secundaria de Nicaragua, según comenta un profesor de matemática bajo el anonimato, quien considera que ese es el vivo retrato del sistema educativo del país. Totalmente colapsado.
Critica el hecho que actualmente es casi obligatorio aprobar a todos los alumnos para dar una buena imagen al sistema educativo de Nicaragua, cuando en realidad la verdadera preocupación debería ser la enseñanza en la parte científica, porque considera que el problema no es la capacidad del maestro, sino el sistema educativo.
“Los muchachos tienen serios problemas en ortografía, matemática, historia, entre otras materias, o sea en la parte científica están mal, por eso muchos alumnos están buscando cómo sobrevivir en su preparación académica, porque el sistema educativo del país está por el suelo, todo está politizado, porque además hay que rendirle culto a la pareja presidencial”, asegura el docente.
A esta situación se suma que muchos maestros tienen que recurrir a otro tipo de trabajo para completar el sustento en sus hogares y eso hace que se desconcentren en sus materias y al fin el mayor perjudicado sigue siendo el alumno. Lamentó que el salario de un maestro en Nicaragua no llega ni a los 10 mil córdobas mensuales, cuando la canasta básica ronda los 18 mil córdobas.
“Al cierre de este 2022, los maestros terminan agotados, porque ahora pasan más tiempo en los centros de trabajo, antes del 2018, salíamos a las 11:30, pero ahora los dejan hasta la una de la tarde haciendo labores políticas. Conozco casos de maestros de matemática que los ponen a impartir español, y al de español otra materia por el simple hecho que ellos no simpatizan con el gobierno”, afirma el educador.
Otro maestro que prefiere omitir su nombre asegura que hay mucho estrés para los docentes que han sido identificados como “no afín al gobierno”, pues otra forma de represalias es que los cambian a otros centros educativos que muchas veces están lejos de sus hogares, cuando antes los traslados eran bajo la permuta que era de mutuo acuerdo, incluso son trasladados de un día para otro, sin tomar en cuenta si el otro centro necesita de su especialidad.
“O sea, el gobierno está pasando sobre los convenios colectivos de educación, no se están cumpliendo, antes los maestros pedían traslados, pero ahora son obligados a trasladarse. Ahora te corren por todo o por nada, sin haber completado el seguro social y con unos salarios pírricos, y lo más violatorio es que ANDEN (Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua) te quita de tu salario una cuota obligatoria, cómo es posible que en tu colilla de pago ya venga deducida esa cuota, esto es una clara complicidad entre el gobierno y ANDEN”, señaló el educador.
Asegura que algunos privilegios que tenían los maestros ahora se han perdido, porque hay sindicatos blancos que claramente están a favor del gobierno de turno y no de sus agremiados, como es el caso de ANDEN, cuyo presidente José Antonio Zepeda, es parte de la cúpula gubernamental y que está lejos de una lucha justa en pro del magisterio nacional.
Muchos maestros en Nicaragua han sido obligados a renunciar por presión gubernamental y otros se han exiliado por persecución del mismo Estado de Nicaragua por no estar de acuerdo con su postura política.
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