Los nicaragüenses cerrarán el año 2022 con un fuerte golpe a sus bolsillos, como consecuencia de la carestía de los productos básicos que componen la canasta básica en Nicaragua, el país donde a diario es más notorio el desempleo y la desesperación de sus ciudadanos por emigrar a otros países.
Solo en octubre pasado, la canasta familiar subió C$655, de acuerdo al Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), lo que empujó a que pasará de C$17,981.47 en septiembre a octubre C$18,636.44, lo que sin duda hará que se aproxime a los C$19,000 por lo que se considera el peor mes de la crisis de precios en Nicaragua.
Comerciantes del Mercado Oriental en Managua, confirman el alza en al menos tres productos fundamentales para la mesa de los nicaragüenses el aumento va desde C$1 a C$3: una libra de arroz que costaba C$18 ahora cuesta C$19; la libra de frijoles de C$33 pasó a C$35 y el litro de aceite que cuesta C$66 se espera que aumente más.
“El bidón de aceite valía C$1,150 ahora viene a C$1,250, viene para arriba de vuelta”, advierte un comerciante. Asimismo, para los nicaragüenses se les va hacer aún más difícil incluir proteínas en su dieta. La libra de posta de res hoy cuesta C$142.22 mientras que el mes pasado se cotizaba a un córdoba menos; la libra de pollo subió a C$53.22, antes costaba C$52.70.
Salario mínimo no cubre ni el 40% del costo
Para Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, un centro de pensamientos con sede en Washington, existen diferentes formas de medir el impacto del alza en la economía de los nicaragüenses, pero la fundamental es la comparación del precio total de la canasta con el salario mínimo que es cerca de C$7,000.
Por su parte, un economista nicaragüense, quien pidió no revelar su identidad por temor a represalias por parte del régimen de Daniel Ortega, indica que el “salario mínimo no cubre ni el 40% el salario mínimo el precio de la canasta básica”, lo que a su criterio “significa que, con cada aumento de los precios de productos alimenticios, el poder adquisitivo se va perdiendo, una presión inflacionaria que está generando mayores de pobreza y exclusión en todo el país”.
¿A qué obedece el alza?
Orozco considera que la carestía obedece a varios aspectos, como el aumento de los precios internacionales que “repercuten en Nicaragua sobre el encarecimiento de las importaciones. Nicaragua importa 30% más de lo que exporta”.
En esa misma línea, añade que “este encarecimiento también es contra cíclico” debido a que “responde al aumento en la tributación del estado sobre empresas e Impuesto a las Ventas y Servicios (IVA) para mantener su régimen represivo activo. El resultado es que los productores y negocios se ven forzados a aumentar precios cuando los impuestos exceden 10% frente al 2021”.
El economista opina que el aumento se debe a los efectos de la reforma tributaria que “vino a generar un efecto cascada del encarecimiento de los diferentes productos por cada uno de los encadenamientos productivos y de comercialización, es decir, esa reforma tributaria afectó a la canasta básica y generó una pérdida de poder adquisitivo”.
¿Qué opciones tienen los nicaragüenses?
Ante uno de los escenarios más asfixiante para la economía de los nicaragüenses, que probablemente, estiman los expertos, se den por efectos de los meses inflacionarios de noviembre y diciembre debido a que se inyecta a la economía el aguinaldo, lo que crea mayor demanda en productos o servicios y, por consiguiente, los precios tienden a aumentar, las opciones que tienen los ciudadanos son pocas.
Orozco, cree que una de ellas es, el aumento de remesas, las cuales surgen para “mitigar los costos en aumento”; y la otra opción es “gastar menos, sin embargo, ésto genera precariedad, especialmente en ciertas actividades importantes como son la compra de datos, o la alimentación nutritiva”.
El economista, por su lado, refiere que toda mejora para los nicaragüenses pasa por la recuperación de la confianza en el sistema económico y un acuerdo de carácter político, ante la crisis sociopolítica que agobia al país desde 2018, lo que ha provocado cierre de empresas y desempleo.
“Hay empresas que no podrán sobrevivir en el largo plazo ante este encarecimiento y queda por ver las consecuencias de esta situación”, prevé Orozco. Finalmente, el economista Néstor Avendaño advierte, en un análisis publicado en su blog personal, que la inflación será reducida y controlada con una recesión total.
“El riesgo económico inmediato sería que las expectativas inflacionarias se arraiguen entre los consumidores y los productores, previo al riesgo de un ‘aterrizaje duro’ de la economía nicaragüense, porque la tasa de inflación subyacente continúa acelerada, lo cual implicaría la presencia de una recesión”, dice Avendaño.
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