Rosario Murillo, la número dos del régimen continúa sus ataques a los sacerdotes de la iglesia católica nicaragüense que ha desterrado y obligado al exilio, en esta ocasión los llamó "malvados disfrazados".
Murillo utilizó su intervención meridiana en los medios de propaganda para lanzar una serie de ofensas y ataques contra los sacerdotes, mayormente a los que obligó al exilio por la persecución y asedio, y a aquellos a los que desterró únicamente por estar de parte de las vícimas de represión.
"Así no nos llega el mal, el mal está gracias a Dios desterrado de esta patria bendita y siempre libre, desterrado en todas sus modalidades, incluso a aquellos que se disfrazaban de religiosos, porque un religioso no puede ser malvado, aquí hemos conocido verdaderos malvados, disfrazados de religiosos, pero a nadie engañan", vociferó Murillo.
A pesar que la vocera del régimen en sus intervenciones de lunes a viernes en medios oficialistas pregona la paz, el bien al prójimo y menciona a Dios, siempre carga en ofensas y maldiciones contra sacerdotes, opositores e incluso países como Estados Unidos.
Recuerda Operación Limpieza en Carazo
De igual forma, Murillo recordó la Operación Limpieza llevada a cabo en Carazo hace seis años y responsabilizó a los sacerdotes por las manifestaciones cívicas realizadas por la población.
"Tenemos aquí también a Carazo celebrando después de aquella barbarie que instalaron, aquellos que se proclamaban los únicos hijos de Dios, los demás no contaban...Ellos los demonios generaron sangre, lágrimas, dolores, sufrimientos intensos en nuestra Nicaragua", continuo atacando verbalmente.
En julio de 2018, despues de la denominada Operacion Limpieza en departamentos como Managua, el régimen prosiguió eliminando las barricas en Carazo y el 8 de julio movilizó a cerca de 2 mil paramilitares armados, dejando como saldo más de 9 personas fallecidas y más de 30 detenidos.
Al dia siguiente, una comitiva de la iglesia católica encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes, el Nuncio Apostólico, Monseñor Silvio Báez, el padre Miguel Mántica, Edwing Román y otros pertenecientes a la Arquidiócesis de Managua fueron en caravana hasta Jinotepe para tratar de mediar en la situación, sin embargo al llegar a la Basílica de San Sebastián en Diriamba fueron atacados por turbas y simpatizantes del régimen que además de agredirlos, robaron equipos a medios independientes.
Mientras tanto, en la parroquia Santiago en Jinotepe, otro grupo de turbas sandinistas ingreso al templo y agredieron a los sacerdotes que allí se encontraban así como a los manifestantes que se habian resguardado dentro. Además, saquearon las alcancías y profanaron los sacramentos de la iglesia.
Desde el 2018 a la fecha, el régimen no ha cesado en sus ataques contra la iglesiaól católica y ha dejado decenas de sacerdotes exiliados.
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