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Pobladores de Nindirí reclaman: “ya tenemos un mes sin agua”



Desesperados se encuentran pobladores de la periferia del municipio de Nindirí, en Masaya, donde el servicio de agua potable se interrumpió desde hace varias semanas y la aguadora, sigue sin solucionar el problema. “Podemos estar sin luz, pero sin agua es imposible”, reclamaron.


La ciudadanía lamenta que cada año el desabastecimiento del servicio de agua potable es un problema que se agudiza en estas comunidades provocando una distribución desigual del líquido, entre todas las comarcas que integran la municipalidad.


“Tenemos casi un mes sin agua potable, no sube en la tubería. Estuvimos mediando con la pipa (que) una vez pasó por aquí, pero anteriormente el agua la hemos estado comprando (puesto que) aquí el agua no nos viene del todo (…) padecemos sed”, denunció un poblador de la comarca El Raizón.

El ciudadano describe que cada año, esta situación empeora, sobre todo en temporada de verano, que sigue siendo desatendidos por la estatal Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), misma que nunca falla con el cobro del su servicio.


“Aquí son cinco casas (una familia) que no tenemos agua, pero el recibo no falta a pesar que no tenemos el servicio. Aquí no nos visita ninguna autoridad para conocer la necesidad que tenemos”, se quejó otra ciudadana.

Compa de agua es “gasto extra”


Otro poblador, quien también se encuentra preocupado por la situación del agua potable en esta comarca de Nindirí, afirmó que las familias han optado por comprar los barriles de agua a 350 y 400 córdobas. Para el ciudadano, la compra del líquido es un costo que se añade a su “golpeado bolsillo”, quienes además deben costear el pago del recibo de Enacal que llega cada mes aunque no reciban agua.

“Todo mundo anda comprando agua, 400 pesos, dinero que se podría utilizar para la comida; ponele que a la semana son dos viajes, ya son 800 córdobas. A la iglesia que voy, tenemos dos meses que no llega el agua para nada, una situación muy difícil que se está dando”, expuso un joven comarqueño.


Una madre de familia, quien además sobrevive de una pulpería en su casa, narró que cada día se levanta a medio llenar un barril de agua en horas de la madrugada, cuando apenas alcanza a subir un raquítico chorro de agua, sin embargo, asegura que no es suficiente para cumplir sus labores de todos los días en la casa.


“Cocinar, lavar, limpiar, bañarse, para todo se necesita el agua”, indicó la pobladora. “Aquí el problema del agua es desde siempre, y en vez de mejorar, empeora. El año pasado subía más agua, pero los recibos están siempre al hilo”, manifiesta.

Una carta a la alcaldesa para solucionar con pipas


Un funcionario público de este municipio dijo que el Cuerpo de Bomberos de Nindirí ofrece el servicio de agua potable por un precio de 1,300 córdobas la cisterna. La cisterna contiene un promedio de 30 barriles de agua, los cuales son distribuidos en un solo punto, ya que no ofrecen el servicio casa a casa.


Sin embargo, reveló que la población podría acercarse a los “secretarios políticos” de la comunidad para solicitar a la reelecta alcaldesa sandinista, Clarissa Vivas, agilice el proceso de envío de una pipa con agua. O bien, la comunidad podría organizarse para escribir una carta “a la doctora Clarissa” planteando la necesidad para que apoye con el combustible.


“Pueden hacer grupos y escriben una carta dirigida a ella (la alcaldesa) para que les lleven una pipa de agua”, propuso.

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