Mientras por un lado el gobierno de Nicaragua insiste que todo está normal y que las “familias nicaragüenses” asisten a las diferentes actividades promovidas por el Estado, por otro lado, argumenta “razones de seguridad” para prohibir las procesiones de San Miguel y San Jerónimo en Masaya, algo que la población no ha logrado entender, mucho menos el peligro que podría representar dicha expresión popular.
La experta en temas de seguridad, Elvira Cuadra, no ve ninguna razón de peso para aducir que las procesiones religiosas se prohíben por “razones de seguridad”, porque la Policía lo dice de manera general, sin especificar el peligro o el riesgo, y fue eso mismo lo que argumentaron unas semanas antes de realizar la procesión de la virgen peregrina de Fátima en Managua a mediados de agosto pasado.
“Realmente de momento no hay en Nicaragua, algún síntoma o señal relacionado con un asunto de seguridad propiamente, al menos algo que se conozca, y más bien está conectado con el contexto de restricciones de libertades, incluida la libertad religiosa que ha impuesto el gobierno sobre la población”, estimó Cuadra.
Sostuvo que al parecer todo radica en el control que ejerce el gobierno de Nicaragua en las celebraciones masivas religiosas del país porque no pueden controlar la expresión del pueblo, como por el ejemplo el abucheo que le hicieron al comisionado Juan Valle Valle, la tarde de este lunes durante la bajada de la venerada imagen de San Miguel Arcángel en la ciudad de Masaya.
“El punto es que el gobierno tiene el temor de que estas celebraciones religiosas sean utilizadas por la gente como una forma de expresar su descontento, pero lo que vimos hoy por ejemplo en Masaya, en la iglesia San Miguel, muestra claramente igual, que la gente no está contenta y deja expresar ese descontento, de tal manera que no veo motivo específico para aducir razones de seguridad”, recalcó la experta.
El lunes 19 de septiembre mientras el comisionado de la Policía, Valle Valle, salía del interior de la parroquia San Miguel de Masaya, escoltado por agentes uniformados, los asistentes lo abuchearon como una manera de rechazar la prohibición de las procesiones de las veneradas imágenes de esta ciudad. Este mismo rechazo recibió el exjefe de la Policía de Masaya, el comisionado Ramón Avellán el 7 de octubre de 2019, durante la tradicional Octava de San Jerónimo.
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