En ocasión de conmemorar el sexto aniversario del levantamiento social en Nicaragua, el sacerdote Uriel Antonio Vallejos, quien se encuentra en exilio forzado en Costa Rica, pidió a los nicaragüenses a “no perder las esperanzas y a mantener la fe puesta en Dios”.
Las declaraciones del cura llegan en momentos en que el país vive una agudización de la crisis que generó la respuesta gubernamental al levantamiento social de abril de 2018 y que dejaron como saldo a 355 personas fallecidas según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, más de dos mil heridos, miles en el exilio y más de 300 opositores expulsados y en condición apátridas. El religioso se cuenta entre ellos.
Contra el sacerdote, Daniel Ortega y Rosario Murillo, ordenaron secuestro y cárcel, por lo que huyó al exilio en agosto del año 2022. Vallejos fue rodeado por policías y parapoliciales del régimen cuando se encontraba en el interior de la parroquia Divina Misericordia, en el municipio de Sébaco, en el departamento de Matagalpa, de donde él era párroco.
Por esos días, el régimen a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), canceló las licencias de operaciones de todos los medios católicos de Matagalpa y confiscó equipos y algunas instalaciones donde funcionaban. Todo como parte de la escalada en la guerra contra los religiosos que decidieron no callar los abusos contra los derechos humanos de los nicaragüenses.
“El Señor va guiando la historia y en estos momentos cruciales de nuestra vida nos corresponde estar en esta historia tan difícil, vivirla con mucha paciencia, con mucha confianza. Que estas expresiones religiosas, nos ayuden a encontrar esa unidad que tanto anhela Jesucristo”, expresó Vallejos.
Vallejos: “unirnos y echarse la patria al hombro”
Durante una entrevista que el religioso cedió a la cadena de medios aliados de Voces en Libertad que dio cobertura a las actividades conmemorativas de abril organizada por la diáspora nicaragüense este domingo en Costa Rica, el religioso abogó por la unidad de la oposición nicaragüense, para lograr recuperar la democracia en el país.
“Se deben buscar las estrategias que nos lleven a poder unirnos, esforzarnos por la unidad y no por la división, porque sabemos quién es quién y tenemos que echarnos la patria al hombro, como dice mi obispo Rolando Álvarez”, agregó Vallejos, minutos antes de la misa especial conmemorativa en la Parroquia San Isidro Labrador, en el cantón de Vásquez de Coronado, en Costa Rica, templo dónde él sirve como Vicario.
Vallejos explicó que la parroquia San Isidro Labrador, se ha convertido en un santuario para personas migrantes procedentes de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. “Hay mucho dolor y mucho sufrimiento de hermanos que huyen de malos gobernantes”, dijo.
“Esta parroquia –explicó– se ha convertido en ese santuario del migrante y esto es algo muy fundamental, porque a nivel espiritual los vamos acompañando en medio del dolor y del sufrimiento que padecemos todos. El Espíritu Santo es el que nos va guiando”, dijo Vallejos. “Como iglesia estamos sufriendo en carne propia lo que muchos nicaragüenses estamos viviendo”, agregó el religioso, al contarse él y otros religiosos de su misma fe entre los perseguidos políticos.
El lado de la Iglesia: el pueblo
El sacerdote exiliado también recordó que la iglesia Católica siempre estará al lado de las personas que sufren por las violaciones a sus derechos más vitales; la vida y la libertad individual.
“Saber que mucha gente nuestra que ha salido, han sido líderes religiosos, personas que han estado involucradas en el saber, en el quehacer de la Iglesia nicaragüense. Y aún así, siempre tenemos que tener una palabra para el momento preciso y declarar que estamos siempre con el pueblo, dentro y fuera de nuestras fronteras”, reiteró.
La investigadora Martha Patricia Molina, autora de los informes “Nicaragua: ¿Una Iglesia Perseguida?”, señala que el clero ha sufrido más de 700 ataques desde que en 2018, el régimen de Daniel Ortega inició una guerra contra ellos por no ponerse de su lado en sus acciones violentas y abusos de poder.
Solo en el año 2023, reportó más de 200 ataques en su contra como parte de un esfuerzo para “silenciarla”, lo que ha sido catalogado por organizaciones locales e internacionales como “el año más funesto del régimen en contra de la iglesia universal”.
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