Desde los 16 años el capitalino Oscar Zamora Lacayo no ha fallado en una sola procesión de la imagen de Santo Domingo de Guzmán. Ataviado con sus diferentes trajes, su presencia siempre ha sido notoria en medio del “mar de gente” que se agita reviviendo una tradición popular de fe de un pueblo que acompaña al patrón popular de los managuas.
Las autoridades de la Alcaldía de Managua han designado a Zamora como “el cacique de las fiestas patronales”, un distintivo que se estrena este año en las fiestas de Santo Domingo y que fue aceptado con mucho fervor y devoción por este tradicionalista quien con propio esfuerzo ha podido confeccionar el traje que va a lucir durante las procesiones de este primero, cuatro y diez de agosto en las calurosas calles de Managua, que sin importar el sofocante calor y el tumulto, está dispuesto a pagar su promesa hasta que Dios le de fuerzas.
“Esta promesa es porque cuando yo tenía 16 años, mi madre entró a una operación y solo le daban un cinco por ciento de probabilidades de que saliera con vida del quirófano, entonces yo le pedí de mucho corazón a santo dominguito, que saliera bien y que me la salvara, y así fue, me cumplió, y desde ese tiempo he pagado con devoción mi promesa”, explica Zamora.
Asegura que desde niño empezó a participar de las romerías de este venerado santo, y en el camino escuchaba testimonios de mucha gente que aseguraba haber recibido algún milagro y demás vivencias.
"El primer año subí de rodillas desde la ermita hasta la iglesia y lo cumplí, y el resto de los años lo he acompañado en la ida y en el regreso", rememora.
Después de 34 años de haber hecho aquella promesa y viviendo al lado de su madre, hace cuatro años ella se rindió ante la muerte a los 84 años, siendo una muerte repentina, “yo la llevé al hospital ese día, como a las 11 de la noche estando en emergencia le pedí a Santo Domingo que si se la iba a llevar, (que) no me la hiciera sufrir, entonces como a las 12 y media de la madrugada, me comunicaron que había fallecido, y pues hasta cierto punto minguito me cumplió porque no me la hizo sufrir”, agregó.
Representaciones y homenaje
Detalla que este año su traje puede ser identificado tanto por los curiosos y promesantes que participan de estas festividades, porque se distingue al llevar en la parte baja de su penacho la representación del quetzalcóatl, la serpiente emplumada que es uno de los dioses de los indígenas mesoamericanos, este traje también lleva un rosario que representa la evangelización del español hacia el indígena, entre otros distintivos nativos.
Para el próximo año, asegura que tiene proyectado elaborar una pequeña carroza en donde hará un homenaje a personajes representativos de las festividades de Santo Domingo, comenzando con la finada folclorista doña Francisca Villata, conocida como “la chica vaca”.
Este promesante es un reconocido tradicionalista en Managua, porque además en su trayectoria cultural es director de la judea del barrio María Auxiliadora, además ha ganado concursos de la altares marianos, es un artista empírico que desarrolla su talento nato y este año su arte podrá ser apreciado una vez más en medio de los miles de promesantes que se desborda cada año en una de las fiestas más populares de Nicaragua.
Comments