Monseñor Silvio Báez no figura en la reorganización de cargos que hizo recientemente la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), así se puede constatar en el comunicado divulgado por ese cuerpo colegiado. Báez, obispo auxiliar de Managua, actualmente vive en Miami exiliado tras las presiones del gobierno de Nicaragua para retirarlo del país por ser uno de los obispos influyentes dentro del Episcopado y crítico a la gestión del presidente Daniel Ortega.
"Excluido de un cargo de comisión es evidente porque consideran que no está físicamente allá. De la CEN, no lo pueden expulsar ni quitarle su embestidura como uno de los sucesores de los Apostóles, porque fue elegido para ese Colegio por el Papa. Pero si es una lástima que lo debieron puesto en ese listado y entre paréntesis quizás escribir: ( “hoy en el exilio)”, como solidaridad", refiere un sacerdote arquidiócesano que nos pidió el anonimato.
Cuando se anunció la salida del país de Monseñor Báez se dijo que fue llamado por el Papa Francisco para cumplir "asignaciones pastorales" en Roma, pero desde esa fecha no se ha conocido ninguna misión del religioso nicaragüense en El Vaticano.
El padre consultado explica que pese a este aislamiento al que ha sido sometido el obispo auxiliar, el sigue aportando a los fieles nicaragüenses a través de sus homilías. Expone que con las nuevas tecnologías se le pudo haber asignado una comisión pastoral.
"En cualquier de esas comisiones lo hubiera hecho bien. Hoy en día contamos con las redes sociales para sostener reuniones y tomar decisiones. Es un Obispo capaz y hubiese sido importante recibir ese apoyo, que como el profeta Ezequiel que vivió exiliado guió a sus ovejas", apunta el sacerdote.
El periodista Israel González, redactor de temas eclesiales coincide con la falta de solidaridad entre obispos. "Sé de fuentes allegadas a monseñor (que) resiente lo que ha sido visto como un 'dejarlo solo', pese a su deseo de estar pendiente de la Iglesia de Nicaragua y el país", expresa.
"Personalmente, me resulta paradójico que mientras obispos de otros países (España, EE.UU.) han respaldado públicamente a Monseñor Báez invitándole a dar misas o conferencias, en Nicaragua los obispos callan ante lo que es el exilio forzado por motivos políticos de uno de sus hermanos de báculo y mitra. Pareciera que es una malísima costumbre de las autoridades de la Iglesia nicaragüense de tratar mal a sus hijos más lúcidos, críticos y mejores preparados", agrega el periodista.
Resalta que "en tanto el Papa Francisco no aclare su estatus, sigue siendo "de iure" obispo auxiliar de Managua (Ni el Papa lo ha dimitido ni el obispo ha puesto su renuncia)".
¿CEN SILENCIADA?
Con la elección de Monseñor Carlos Herrera, como presidente de la CEN hay quienes piensan que se impuesto el silencio en la jerarquía católica nicaragüenses.
"No estoy de acuerdo y me molesta. Veo la cobardía de mi jefe dejarle el cargo a alguien silencioso. Cardenal Obando en su tiempo, no soltó ese cargo y se supo enfrentar. Lástima lo ocurrido después", confiesa el sacerdote consultado a Fuentes Confiables.
El periodista González difiere de esta postura. Argumenta que monseñor Herrera es un hombre "moderado" pero cuando se debe alzar la voz contra las injusticias lo "ha hecho con total libertad".
"Ciertamente que la pastoral de comunicaciones no está tan desarrollada en su Diócesis, y por ello ha estado menos expuesto a los focos de la opinión pública pero esto de ninguna manera puede ser visto como un obispo que no denuncie las injusticias que se viven en el país", justifica.
Además del exilio de Monseñor Báez la Conferencia Episcopal ha perdido voces críticas como la de Monseñor Abelardo Mata quien recientemente se fue a retiro al cumplir su edad de jubilación, según el Código del Derecho Canónico de la Iglesia Católica. Monseñor Rolando Álvarez es el único jerarca que mantiene su voz profética denunciando, a la luz de la doctrina social de la Iglesia, hechos en contra del pueblo de Nicaragua.
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