En entrevista exclusiva con la Gaceta de Salamanca, España, Monseñor Silvio Báez contó como fue que el Papa Francisco le pidió salir de Nicaragua para no tener otro "mártir" en las filas de la iglesia católica en Centroamérica, como es Monseñor Óscar Arnulfo Romero en El Salvador.
El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua contó que él nunca hubiera querido salir de Nicaragua, pero lo hizo en obediencia al Sumo Pontífice, y aclaró que más que una orden fue una petición de "hermano mayor".
"...Y yo nunca hubiera salido de mi país si no por obediencia al Santo Padre. Obedecí dolorosamente tras un largo diálogo con él. No fue un mandato y una obediencia ciega. Fue dialogada, pero al final obedecí. Yo le hice ver todas las razones por las que convenía que yo me quedara, pero el papa Francisco con mucho cariño, como un hermano mayor al final ya me dijo en lenguaje argentino: Hacedme caso hijo, yo sé lo que te digo no quiero otro obispo mártir... finalmente obedecí llorando..." relató al medio español.
"Me volví incómodo y una amenaza"
El religioso nicaragüense contó al periodista que desde que retornó a Nicaragua, 30 años después de estar fuera, se fue volviendo "incómodo" y una "amenaza" para el régimen, por lo que empezaron con los ataques y acciones en su contra, que tuvieron el punto más álgido en medio de la crisis social y política de 2018.
"Yo me volví desde el inicio incómodo y una amenaza. A mí no me conocían porque estuve 30 años viviendo fuera de Nicaragua pero poco a poco me fueron conociendo y me fui volviendo un estorbo, un obstáculo. Empezaron los ataques y las acciones contra mí que fueron creciendo.
Mons. Báez confesó que desde antes de 2018 ya recibía amenazas verbales por parte del régimen, pero a partir de que la Iglesia se puso del lado de las víctimas de la represón estas se tornaron en amenazas de muerte a traves de sus operadores políticos, por lo que el Papa le pidió que saliera del país.
Régimen destruyó partida de nacimiento
El Obispo, también se refirió a que fue despojado de la nacionalidad nicaragüense junto a más de 300 personas, y que en el afán del régimen por eliminar rastros de su existencia en el país, quemaron su partida de nacimiento.
"Hace dos años la dictadura de Daniel Ortega nos arrebató la nacionalidad. Nos despojó de ella y nos dejó en condición de apátridas. En mi caso particular quemaron mi partida de nacimiento. No he existido", denunció Baéz.
Asimismo, aprovechó para agradecer al Gobierno español por su generosidad y otorgar la nacionalidad española a más de 100 nicaragüenses.
Tengo mi corazón en Nicaragua
Báez, dijo que a pesar de estar en el exilio forzado continúa ligado a Nicaragua, principalmente porque Francisco lo ratificó en enero de este año como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua.
"Yo tengo mi corazón allí, aunque viva en otro sitio. El pueblo me sigue sintiendo cerca", dijo.
Actualmente el Obispo se encuentra acogido por la Conferencia Episcopal de Florida y da clases de Sagradas Escrituras, además colabora con el Arzobispo de Miami en la actividad pastoral y también imparte clases en la Facultad de Teología en el Seminario de San Vicente de Paul en Boynton Beach.
Para finalizar, Monseñor Báez expresó que no se ven soluciones a corto y medio plazo a la situación que vive Nicaragua, pero sí considera que el régimen está entrando en la etapa final y por lo tanto el papel de la iglesia es dar "esperanza y acompañar" al dolor del pueblo.
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