El cardenal Leopoldo Brenes orientó al rector del Seminario Mayor Arquidiocesano “La Purísima”, presbítero Helio Cortés Sánchez, la suspensión de las misiones que se realizarían desde el 7 de este mes y que se extendería hasta el 21 en la parroquia Santa Ana de Niquinohomo y sus comunidades rurales.
En las misiones, participarían alrededor de 70 seminaristas y 10 sacerdotes como parte de la misión evangelizadora de la iglesia que se celebra cada año.
“Los seminaristas y sacerdotes estaban listos para permanecer quince días en los hogares del municipio de Niquinohomo, para anunciar la buena nueva, pero faltando pocos días para la actividad pastoral, el Cardenal orientó que se cancelara debido a la persecución del gobierno”, dijo una fuente eclesiástica.
Como parte de la agenda de la misión, el Cardenal Brenes tenía previsto presidir la eucaristía en la parroquia Santa Ana de Niquinohomo el pasado 7 de enero, donde se hace el envío de las misiones a la zona urbana y las comunidades rurales del municipio.
En la misa de apertura de las misiones el Cardenal impone la sotana a los seminaristas que iniciarán su proceso de formación en el Seminario Mayor “La Purísima”, luego de haber concluido su año propedéutico. En este acto religioso las familias de los futuros sacerdotes, se llenan de alegría por el surgimiento de nuevas vocaciones. Pero la actividad fue suspendida debido a la persecución.
Esperaban a los misioneros
La feligresía del pueblo católico de Niquinohomo se quedó esperando en sus hogares a los seminaristas y sacerdotes, porque la logística para esta labor pastoral, se venía instalando desde hace meses.
En el año 2023, las misiones se realizaron en cinco parroquias de la Arquidiócesis de Managua, entre las que destacan; la parroquia Perpetuo Socorro de Masachapa, Nuestra Señora del Carmen-Villa el Carmen, Jesús de la Divina Misericordia Managua, entre otras. Allá se enviaron a 88 seminaristas, quienes tuvieron la experiencia de la formación sacerdotal que se desprende de la convivencia con la gente, en sus casas.
“Es triste conocer sobre la cancelación de las misiones, más que una actividad, es una tradición pastoral, pero confiamos en Dios que su iglesia seguirá su misión profética”, remarcó uno de los seminaristas estudiante del segundo año de teología que esperaba ser parte de la actividad este año.
Culpan a la persecución
En su historia reciente, la provincia eclesiástica de Nicaragua atraviesa uno de sus peores momentos bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Se cuentan encarcelamientos, destierros, expulsiones y confiscaciones de propiedad de los religiosos.
Monseñor Silvio Báez obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, desde su exilio en los Estados Unidos ha mantenido una denuncia sobre el régimen de Ortega. “¡Entiendan que nadie les cree!”, dijo en sus redes sociales refiriéndose al régimen, al que le exigía el fin de la represión contra la iglesia a la que pertenece.
Mientras, en las comunidades alejadas lamentan la ausencia de las misiones y los seminaristas se encuentran concentrados en el seminario o en sus templos para protegerse de los secuestros gubernamentales. “En parte es mejor, porque este régimen actúa por igual contra sacerdotes y seminaristas, no les importa que sean jóvenes en formación religiosa”, acusa por su lado un niquinohomeño.
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