La noche de este Domingo más de mil migrantes lograron cruzar el Río Bravo y se entregaron a la patrulla fronteriza de Estados Unidos, la travesía llegó a su fin, luego que estos llegaran custodiados por la policía mexicana en 20 buses desde Durango, donde habían sido víctima de secuestro por el crimen organizado.
Los migrantes eran provenientes de Nicaragua, Haití, Guatemala, El Salvador, Honduras y Perú quienes cruzaron desde Ciudad Juárez hacia El Paso, Texas, en uno de los cruces masivos más grandes que se haya registrado entre México y Estados Unidos, las imágenes quedaron grabadas por varios medios quienes dan cobertura en esta zona fronteriza.
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Aprovechando el bajo nivel del Río Bravo, cruzaron caminando rebasando a las autoridades migratorias de Estados Unidos de América, los migrantes comenzaron a entregarse a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, con el fin de solicitar asilo político a ese país.
Los migrantes provenían de Jiménez, Chihuahua, municipio en el que permanecieron casi tres días debido a que un comando armado atacó a la caravana de migrantes, secuestrando de forma masiva al grupo.
A pesar de que la gobernadora, María Eugenia Campos, había solicitado contener a los migrantes, las autoridades de Jiménez decidieron apoyarlos con autobuses para que llegarán a los albergues “Leona Vicario” y “Kiki Romero” de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Tras el secuestro previo de uno de los autobuses, la caravana migrante contó con vigilancia de la Guardia Nacional y de la Policía estatal, con el fin de evitar un nuevo ataque del crimen organizado en su contra.
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