Lo único que necesitaba la socióloga y activista feminista nicaragüense María Teresa Blandón era subir un avión para estar de regreso en su residencia en Nicaragua, después de salir el 24 de junio hacia Chile a una reunión de trabajo. De hecho, abordar el avión era una cuestión sencilla de meros trámites, sin embargo el primero de julio de este año, un incidente inusual pasó cuando unos funcionarios de la aerolínea Avianca le informaron que el gobierno de Daniel Ortega les había notificado que ella no podía regresar a su país.
Esta situación ha sido ejecutada contra otros nicaragüenses opositores al gobierno de Nicaragua que han sido expulsados de facto o que no les dejan entrar al regreso y que no les ha quedado otra opción que buscar cómo sobrevivir en otras condiciones totalmente diferente a las que habitualmente tenían en su tierra natal.
“Creo que nadie está preparado para el destierro porque no es una decisión personal, es una decisión abusiva impuesta por régimen Ortega- Murillo. Esta es una acción totalmente impune porque no tenemos algún lugar dónde recurrir, la ciudadanía está en una situación de total indefensión. Esto es una situación anómala, ilegal y abusiva”, sostiene Blandón.
La feminista señaló que Ortega está utilizando a las instituciones del Estado como instrumento para violar derechos constitucionales que les asisten como nicaragüense, y que el destierro es uno de los tantos actos de represión del gobierno de Nicaragua. Por otra parte el no permitirles el regreso a su patria es una forma de castigar a la gente y de paso es una forma de amenazar al resto de la población de que si emiten una opinión crítica contar el gobierno, les puede pasar lo mismo.
Gonzalo Carrión del Colectivo Nicaragua Nunca Más, enfatizó que no hay ninguna ley que pueda validar jurídicamente forzar la salida, evitar el ingreso a su país o quitar el pasaporte a los compatriotas, por lo que esas acciones resultan inconstitucionales, y que por eso existe el derecho universal de que toda persona debe de establecer su residencia, circular libremente, salir y entrar del país voluntariamente.
“Una persona que no le permiten el ingreso a su país, es forzada a vivir en una tierra diferente a la suya, atenta contra la libertad de la persona, incluso contra su propio proyecto de vida porque lo obligan a establecerse en un país donde no tenia previsto o planificado, y la trastornas por completo, porque queda totalmente desterrada”, agrega Carrión.
Dijo que como colectivo han conocido en privado de personas que han sido desterradas, pero que no han sido dados a conocer de forma pública por temor a algún atentado contra sus familias, y en esos casos los agarran desprevenidos. “Incluso está el mismo ejemplo de María Teres Blandón, quien denunció recientemente, pero este hecho le ocurrió hace casi dos meses, pero no todo mundo denuncia este tipo de violación a sus derechos individuales”, añadió el defensor de derechos humanos.
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