Monseñor José Leonardo Urbina es uno de los primeros sacerdotes originarios de la ciudad de Boaco. Desciende de una humilde familia campesina de la comunidad conocida como “La Montañita”.
Sus inicios de servicio dentro de la iglesia católica, fue en su adolescencia, cuando se integró al grupo de monaguillos de la parroquia Santiago de los Caballeros, siendo párroco monseñor Rafael Obregón, quien ejerció su ministerio sacerdotal por más de 70 años.
Cuando fue ordenado sacerdote, la feligresía católica se llenó de júbilo por tener un religioso proveniente de la zona pastoral de Boaco, que ejerció su ministerio en diversas parroquias de la diócesis de Granada y en sus últimos años, en la iglesia del Perpetuo Socorro en su ciudad natal, donde se ganó el cariño y aprecio de los fieles por su humildad y acercamiento con su pueblo.
Trabajaba por su parroquia
Los fieles de su parroquia relatan que antes de su secuestro en julio del 2022, monseñor Urbina logró impulsar el proyecto de pintura del templo y en sus plegarias oraba por las personas encarceladas injustamente.
Sobre los delitos que le acuñaron, que fue el supuesto abuso contra una adolescente, los fieles católicos de su comunidad, creen que fue un montaje de la dictadura en su guerra contra la iglesia Católica. “El pueblo boaqueño no alzó su voz en defensa de su párroco, porque la ciudad entera fue rodeada de efectivos policiales dispuestos a encarcelar a quienes protestáramos”, dice un católico.
El religioso fue condenado a 30 años de cárcel por el juez orteguista Edén Aguilar Castro por el presunto delito de violación y lesiones psicológicas leves en perjuicio de la victima de iniciales M.J.V.S.
Defensa “discreta”
La única vez que se pronunció a favor de monseñor José Leonardo Urbina el clero de la diócesis de Granada y su obispo monseñor Jorge Solórzano, fue el 2 de septiembre del año pasado, donde en un breve comunicado, resalta su preocupación por el encarcelamiento del religioso.
El obispo ha visitado diversas parroquias de Granada, Rivas y Boaco, pero en ninguna de sus homilías se refiere al encarcelamientos de los dos sacerdotes de su Diócesis, siendo el primero en ser condenado a dos años de cárcel el padre Manuel Salvador García Rodríguez de la parroquia el Calvario de Nandaime, bajo el supuesto delito de amenazas con arma contra cinco personas.
Comments