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Latinoamérica se encamina a ser una región envejecida y dependiente


Foto: Voz de América

Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la División de Población de las Naciones Unidas revela que como consecuencia del covid-19 la región ha perdido en promedio 2,9 años de esperanza de vida al nacer entre 2019 y 2021. El estudio plantea que en Centroamérica se acentuó la caída con una pérdida de 3,6 años.


En términos generales la región pasó de 168,3 millones de personas en 1950 a poco más de 660 millones en 2022 y se espera que comience a decrecer en aproximadamente 34 años. El fenómeno anterior resulta principalmente de la disminución de la fecundidad, lo cual llevará a la región a alcanzar su población máxima en el año 2056.


“La región se encuentra en una etapa de envejecimiento relativamente acelerada y se proyecta que ya en 2047 la población de personas con 60 años y más, supere a la de menos de 15 años”, refiere el estudio.


En este sentido, para 2029, se proyecta que la población dependiente (menores de 15 años y de 65 años y más) crecerá más que la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años), lo que indica el aumento de la relación de dependencia y el fin del bono demográfico en la región, un bono que duraría cerca de 62 años.


“La fecundidad cayó por debajo del nivel de reemplazo y siguió aumentando la edad media de la fecundidad. La tasa global de fecundidad (TGF) de América Latina y el Caribe en 2022 es estimada en 1,85 nacidos vivos por mujer, cifra que está por debajo del nivel de reemplazo desde 2015. La proyección de la TGF de la región indica que ésta seguirá bajando y llegará a 1,68 en 2100”, cita el informe.

Un economista consultado por Fuentes Confiables en condición de anonimato considera que esta situación “es una tendencia mundial”.


“La gente no quiere tener hijos, por todos los factores sociales y sicológicos que pueden estar afectando y se refleja en eso. No es un problema meramente económico, es un problema que por ejemplo la gente está envejeciendo y no tienen la intención de tener familias numerosas”, sostuvo.



Baja calidad de vida




A criterio del analista económico Maykell Marenco el desaprovechamiento del bono demográfico pronosticado por la CEPAL trae consigo un severo retroceso social en los paises de la región.


“Cuando tenés un país cuyas innovaciones son constantes, naturalmente es un país mucho más desarrollado con probabilidades de un crecimiento sostenido. Pero cuando tenés un país cuya mano de obra disponible es mano de obra jornalera y es caracterizada por la fuerza bruta, estamos hablando de una mano de obra cuyo salario son menos productivos y competitivos en el mercado y por lo tanto estás hablando de que viven por debajo de los umbrales de pobreza. Eso supone un problema para la calidad de vida de la población”, expone.

Atender migraciones

El especialista indica que además de la inversión en temas de salud y educación, es clave mantener el capital humano dentro del país para garantizar el retorno del gasto estatal”, algo que se ha perdido desde el 2018 en Nicaragua debido a las alarmantes cifras de población migrante.


“Estamos hablando que se va a perder una oportunidad única en el país y en la historia, ahora es cuando se debería estar aprovechando para invertir en educación y salud”, resalta.


En este sentido, el análisis de la Cepal también aborda la creciente importancia de la migración intrarregional y advierte que uno de los principales desafíos para el estudio de los desplazamientos es la disponibilidad de fuentes de datos que den cuenta de los patrones migratorios, flujos y características de la población migrante.

Precisa que América Latina y el Caribe se caracteriza por ser una región expulsora de población, con saldo migratorio negativo desde 1950 a la fecha.


Carga social

El economista Marenco también señala que esta previsión del organismo de Naciones Unidas supone más complicaciones financieras para el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.


“En la medida en que nicaragua ingrese en la etapa acelerada de envejecimiento poblacional esto supondrá presiones, es decir van a haber más cantidad de personas mayores por cada persona en el mercado laboral formal, es decir, menos ingreso y más gasto para el INSS, más personas van a hacer dependientes de la seguridad social”, finaliza.



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