Este año la migración de nicaragüenses, principalmente jóvenes, de las distintas zonas rurales y urbanas de Madriz representa alarma para algunos sectores sociales de la ciudad de Somoto, debido a que muchos están abandonando sus hogares y sus familias. Además, de los sacrificios que hacen para tratar de llegar a los Estados Unidos.
“Unos 13 mil ciudadanos, la gran mayoría jóvenes, han dejado sus hogares y a sus familias en busca de mejores condiciones de vida, porque ya aquí (en Nicaragua) no se puede seguir viviendo”, aseveró Danelia Argüello Cano, defensora de derechos humanos en Somoto en referencia a que desde enero de este año la emigración de nica va en aumento en el país.
Dijo que la salida de más compatriotas, en su mayoría jóvenes del campo, no sólo se debe a los problemas políticos y sociales surgidos después del estallido social de abril del 2018 en contra del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, sino también a los problemas económicos agudizados por las alzas en los alimentos y la falta de oportunidades laborales.
“Estamos viendo la salida constante de ciudadanos desde los municipios de Somoto, San Lucas, Las Sabanas, San José de Cusmapa, Palacagüina, Totogalpa, Telpaneca y en menor número de San Juan del Río Coco y Yalagüina”, puntualizó.
Situación similar ocurre en Chontales. La mano de obra agrícola calificada está dejando el país.
”Unos viajan a Estados Unidos y otros tratan de trasladarse a Costa Rica o España”, comenta Pavel Molina, expresidente de la Asociación de Ganaderos de Chontales.
“Se han ido grupos de 10 y 20 de jóvenes que antes colaboraban con sus padres en las tareas agropecuarias de las fincas y la salida de ellos (los jóvenes) está ocasionando una escasez (terrible) de mano de obra y este nuevo problema nos viene a agobiar más a los productores”, afirmo el productor.
Es un nuevo problema
Indica que la escasez de mano de obra significa que la poca existente en las comunidades rurales se va a encarecer y la mayoría de los finqueros no la van a poder pagar. “El problema de la mano de obra es serio y más, cuando el galón de leche viene bajando y la libra de queso que fue un (bum) ya recupera su precio tradicional”, aseguró el expresidente de Asogacho.
A parte de la limitada mano de obra menciona que el sector agropecuario también se enfrenta a los altos precios de los combustibles, tributos elevados y los insumos que necesitan para producir son inalcanzables en las farmacias veterinarias.
“No sé hasta dónde iremos a llegar porque aquí en Nicaragua no hay ningún estímulo para producir”, refiere el productor.
El exdirigente gremial considera que la única alternativa que tienen los productores para enfrentar la escasez de recurso humano, “es trabajar con la gente que tenés y sacar adelante lo que podés producir”.
Vaticina que debido a la migración las áreas de siembra van a bajar y eso repercutirá en la poca existencia de granos básicos en el mercado local, departamental y nacional, ya que muchos agricultores que antes recibían la ayuda de sus hijos, en el próximo ciclo productivo no la tendrán.
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