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Exalcaldesa española y alcalde sandinista de Somoto usaron hermanamiento para malversar fondos



La exalcaldesa socialista del ayuntamiento de Lasarte-Oria, en España, Ana María Urchueguía Asensio, admitió en un documento firmado hace dos semanas ante las autoridades judiciales españolas, haber cometido delitos continuados de prevaricación y malversación de caudales públicos durante nueve años, mientras existía hermanamientos de cooperación con la alcaldía de Somoto, en Madriz.


Urchueguía Asensio de 71 años, enfrentó desde el 2015 un proceso judicial en su contra, según publicó este martes el medio digital español “El Diario”, quien destacó que la exalcaldesa socialista del ayuntamiento de Lasarte-Oria durante 24 años, negoció con las autoridades de la Fiscalía, en España, durante el proceso penal abierto en un juzgado de la región de Donostia, y confesó todo el entramado de corrupción a cambio de no ir a prisión.


Doña Ana, a como era llamada en Somoto, será condenada a 18 años de inhabilitación y a una simbólica multa de 2 mil 160 euros, una vez que el acuerdo sea rubricado por la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.

La exfuncionaria admitió que entre el año 2000 y 2009, cometió reiteradas veces delitos de malversación de caudales públicos de la municipalidad que administró durante la aprobación y entrega de fondos de cooperación, unos 350 mil dólares anuales, de un plan de hermanamiento entre su ayuntamiento de Lasarte-Oria y la alcaldía del municipio de Somoto, cabecera del departamento de Madriz.


Investigada desde el 2007


El diario La Prensa de Nicaragua, publicó en diciembre del 2007, que la cooperación española en varios municipios del departamento de Madriz estaba en peligro, después de que se abriera una denuncia de supuestos actos de corrupción entre las autoridades sandinistas de la alcaldía del municipio de Somoto y del Ayuntamiento de Lasarte Oria de España, y que implicaba a Ana Urchueguía y al entonces alcalde sandinista Marcio Ariel Riva Núñez, hoy vicealcalde de la comuna somoteña.




En ese tiempo, la exalcaldesa española de Lasarte-Oria, Ana Urchueguía, mantenía una relación muy cercana, casi personal con Rivas Núñez, lo que le permitió al funcionario orteguista adquirir una finca en la comunidad somoteña de Aguas Caliente, carretera a El Espino, y otras propiedades que se ubican en el mismo municipio de Somoto.


Ese proceso de investigación de malversaciones de fondos de la cooperación que inició en el 2007, por el Tribunal de Cuentas del Gobierno Vasco de España, puso en peligro la cooperación de otros fondos de ayuntamientos españoles como; Leganés, Logroño, Irún, Hernani y la federación de municipios madrileños que mantenían hermanamientos desde hace muchos años en localidades madricense como Las Sabanas, Cusmapa, Telpaneca y Totogalpa.


En esa ocasión, la investigación señalaba que el dinero recibido de la cooperación española era desviado al enriquecimiento de un grupo de personas, entre las que estaban: la señora Ana Urchueguía Ascencio y el exalcalde Marcio Ariel Rivas Núñez. Nueve años después, la exalcaldesa socialista de Lasarte-Oria confesó sus delitos con los fondos del hermanamiento con el municipio de Somoto en Nicaragua.


Utilizaban oenegés orteguista


En concreto, se alude a 81 expedientes al margen y prescindiendo del procedimiento legal de concesión de subvenciones y a 39 casos de desviaciones, es decir, de fondos que acabaron en otro destino del originalmente anunciado.

Para entonces se aprobaron 52 proyectos de financiación a una entidad llamada OHLOS (Oficina de Hermanamiento de Lasarte-Oria y Somoto) que no tenía personalidad jurídica, manejada directamente por Rivas Núñez, quien canalizaba anualmente más de 350 mil dólares, además de utilizar a una oenegé llamada Asodecom, que él controlaba.


Además de haber sido la alcaldesa de Lasarte-Oria, Ana María Urchueguía Asensio también fue alcaldesa en Hernani, España, y senadora en Gipuzkoa y hasta ocupó un alto cargo del gobierno vasco que la designó delegada en Chile y Perú.

Esa cooperación generó algunas obras sociales importantes en el municipio de Somoto, aunque de haber utilizado los fondos correctamente, se contarían más. El hermanamiento favoreció la construcción de centenares de viviendas en comunidades y sectores (barrios) urbano, reparación de calles, mejoras de caminos de penetración, financiamiento en áreas productivas de familias campesinas, en el campo de la salud, educación y hasta la construcción de el Palacio de la Cultura que lleva el nombre de Ana Urchueguía Asensio y la del edificio, con estilo colonial de la alcaldía somoteña.


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