Después de que el régimen de Daniel Ortega revelara que excarceló y desterró a doce sacerdotes presos políticos, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina calificó como una "grave violación" a los derechos humanos esta acción.
Molina, autora de la investigación Nicaragua, ¿Una iglesia perseguida?, manifestó a través de la red social X, que el desplazamiento forzado de los religiosos demuestra la grave vulneración a los derechos humanos ya que es muy probable que el régimen les retire la nacionalidad y confisque cualquier cosa que tengan a su nombre.
La abogada, también hace lectura de que con esta excarcelación, el régimen Ortega-Murillo pretende "ahogar y desaparecer" a la Iglesia Católica.
La sorpresiva acción del régimen, también deja ver que sí existen conversaciones con la alta Jerarquía de la Iglesia Católica nicaragüense y con representantes de la Santa Sede.
En reiteradas ocasiones El Vaticano ha expresado su solidaridad con la iglesia nicaragüense y ha instado a Daniel Ortega a instaurar un "diálogo diplomático, respetuoso a través de las iglesias locales".
La autora, también manifiesta que esta excarcelación no significa que el cese de hostilidades contra religiosos y miembros de la Iglesia vaya a detenerse, es posible que las detenciones y hostigamiento continúen.
En su análisis, Molina, también expresa el temor de que el régimen asesine a Monseñor Rolando Álvarez y "ruega" al Papa Francisco le ordene salir del país, antes de que ocurra alguna desgracia.
"Monseñor Rolando Álvarez sigue aferrado a sus principios y a su pueblo, pero en lo personal ruego al Papa que le ordene salir del país antes de que lo asesinen porque esos son los planes de la dictadura", manifestó.
Fuentes de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), confirmaron a La Prensa, que Monseñor Rolando Álvarez, al igual que en dos ocasiones anteriores, se negó a ser desterrado. La primera vez fue en febrero de este año junto a los 222 presos políticos y luego en julio hubo rumores de que habían negociaciones entre El Vaticano y el régimen, pero el Obispo tampoco aceptó marcharse.
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