Feligreses y Laicos miembros de la Iglesia Católica de Nicaragua no han escapado a las amenazas, asedio y represión del régimen de Daniel Ortega y sus simpatizantes sandinistas. Desde el 2018 a la fecha, decenas han tenido que huir para evitar ser apresados injustamente.
El caso más reciente es el de un delegado de la palabra originario de una comunidad en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS), que tuvo que salir de su casa por constantes amenazas de paramilitares.
El humilde delegado, relató al portal digital Panorama Católico que se vio obligado a huir hacia Panamá junto a su familia porque paramilitares lo acusaban de apoyar a Obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica.
El delegado, también dijo que se siente "triste y desesperado" porque no posee dinero para comida y hospedaje. Actualmente busca ayuda en el país canalero, ya que debido a que no posee un permiso de trabajo no ha podido aplicar en ninguna empresa.
En 2023, el hombre que por seguridad ha preferido omitir su nombre, ya había denunciado en Panorama Católico las constantes amenazas de las que era víctima él y otros delegados de la palabra.
"Deja de predicar o acaso no te da miedo perder a tu familia", eran algunas de las amenazas realizadas por simpatizantes sandinistas, que incluso escalaron a agresiones físicas cuando se abalanzaron sobre él y le arrebataron el celular donde grababa las amenazas de estas personas. De igual forma, personas que no eran de la comunidad llegaban para vigilar lo que predicaba.
Amenazas se extendían a su familia
En esa ocasión, el predicador, también denunció que el asedio y amenazas también se extendían a su familia, ya que sus dos hijas fueron víctimas de expulsión y acusadas de ser "tranqueras", además, no les permitían participar en ninguna actividad, solo porque su papá era miembro de la Iglesia Católica.
Asimismo, delegados de la palabra de comunidades en el departamento de Jinotega expresaron a Panorama Católico que predicar la palabra de Dios se había convertido en un "reto" por las constantes prohibiciones de las autoridades y por la vigilancia de los paramilitares.
Debido a la persecución del régimen, decenas de religiosos, seminaristas, monjas, laicos, sacerdotes y feligreses han tenido que huir de Nicaragua, donde cada vez es más riesgoso profesar abiertamente la fe católica.
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