Detrás de una casa humilde que poco dice, se esconde un paraíso que vale la pena conocer. Se trata de la tierra donde crecen y viven las famosas y exóticas Mil Flores, en sus colores celestes, “unas tirando” a lila y otras en azules intensos, las que se cultivan en El Crucero.
Al llegar a este lugar especial, lo primero que uno ve es un rótulo que indica el precio de la entrada: 20 córdobas. Un costo simbólico para lo que usted experimentará en esta visita. Unas mujeres amables y sonrientes le dan la bienvenida. El clima es fresco en este local y a su alrededor las Mil Flores, hacen creer que lo que el visitante ve, es es una pintura gigante. Las palabras se agotan para explicar la belleza que alcanzan a ver los ojos.
Lo que por años fue un simple plantío de esta majestuosa y bella flor, ahora es todo un reto para la familia Gonzales Ruiz, quienes han visto la oportunidad de no solo de cultivarla y venderla, sino de convertir la propiedad donde crecen en un destino turístico rural, con el fin de incrementar sus ingresos económicos y conservar la delicada especie.
Hay que decir que esta variedad de flor, únicamente crece en lugares de clima fresco y húmedo, lo que explica que “El Campo de las Mil Flores”, se encuentre ubicado en el municipio de El Crucero, a tan solo un kilómetro y medio del parque de esta localidad, ingresando por la carretera que lleva hacia el mirador Las Nubes.
Para Anielka Gonzales, quien es hija de una de las propietarias del mirador, el emprendimiento no ha sido tarea fácil. El lugar todavía no presta las condiciones adecuadas, sin embargo, se han unido como familia para hacer de este espacio uno acogedor, lleno de paz y tranquilidad para todas aquellas personas que gustan y disfrutan de la naturaleza.
Miles de ideas y buscando los recursos
Con tan solo dos meses de haber abierto las puertas de “El Campo de las Mil Flores”, la aceptación de parte de la población nicaragüense es notoria. Todos los días, el lugar es visitado por más de cien personas. Para muchos, es todo un éxito, pero esta familia cree que pueden ofrecer más.
En el lugar hay pocas mesas, las que fueron hechas a base de troncos de árboles. También hay tres mecedores rústicos elaborados con una tabla y dos mecates, lo que remata el toque campestre de este especie de santuario floral.
“Tenemos miles de ideas para ir mejorando el lugar, pero sabemos que es poco a poco. A la gente le ha gustado, ha sido más que todo para sesiones fotográficas familiares, de enamorados y de grupos de jóvenes que vienen a disfrutar”, dijo Gonzales Ruiz.
Expresan que ven la necesidad de invertir para volverlo más atractivo, pero que por ahora no cuentan con los recursos. “Trabajamos en eso”, dicen. Señalan que en el lugar ofrecen de venta alimentos y bebidas a los visitantes.
“Pueden degustar una sencilla pero sabrosa tajadas con queso, gaseosas, sopas instantáneas y comidas rápidas. Eso ofrecemos aquí y por las tardes como hace bastante frío, hacemos chocolate caliente. Poco a poco iremos reparando, construyendo y creciendo”, anunciaron.
Abastecedores de floristerías
Desde hace un poco más de ocho años, la familia Gonzales Ruiz, se ha dedicado al abastecimiento de Mil Flores a las floristerías del país, lo que los ha llevado a contabilizar 3,562 matas de esta especie floral nacidas en sus terrenos. Hoy esos plantíos, donde crecen, son un hermoso mirador.
Esta familia cuenta que llevan tres años dedicados al cuidado de las plantas, que requieren insecticidas y abonos. “La planta para que llegue a ser adulta y darnos esos ramos hermosos de Mil Flores tiene que estar en crecimiento durante tres años, bien cuidados porque es una flor muy delicada, pero ya nosotros llevamos cinco años que cultivamos y proveemos a las floristerías, las ganancias nos son muchas, pero nos ha servido para sobrevivir”, dijo Gonzales.
Lo único que la familia Gonzales Ruiz pide a sus visitantes es que cuiden las plantas y no las dañen. Esperan crecer en su propuesta de turismo rural, duplicar la cantidad cultivada y mejorar las condiciones del lugar. “Sabemos que les gustará visitarnos”, invitaron.
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