Mujeres cortadoras de café y campesinas amas de casa de el departamento de Jinotega, se quejan del acoso de la que son víctimas, de parte de oficiales de la Policía orteguista que patrullan las fincas.
Una de ellas que pidió hacer la denuncia bajo anonimato por temor a represalias contó que un policía que se le identificó como Pablo, le pidió su número de celular bajo el pretexto de comunicarse con ella como parte del trabajo de protección a las fincas.
Su susto fue que empezó a recibir del oficial mensajes personales en el que hasta le llegó a faltar al respeto. “No solo yo he recibido mensajes, otras mujeres los reciben de otros oficiales, en vez de hablar del asunto de la seguridad nos enamoran. Eso no debe ser así”, se quejaron.
Otra joven ama de casa, dijo sentirse “acosada y bajo presión” porque uno de los policías le dijo que él conocía donde vivía y que podría llegar a visitarla cuando su pareja estuviera en los cortes. “Es un abuso y una amenaza eso”, denunció.
Otros desmanes
Las denunciantes también afirman que han sabido que policías han maltratado y hasta golpeado a jóvenes de las comunidades sin motivo alguno y muchas madres se han quedado calladas porque les dicen que si denuncia, les iría peor.
“Estos malos policías están sembrando el terror en esta zona. Nos sentimos desprotegidas totalmente”, se lamentó una madre de un hijo golpeado que también pidió hablar bajo reserva de su identidad.
“A un adolescente lo golpearon, solo porque estaba jugando frente al centro de salud con un balón, eso no es delito”, se quejó otra madre.
Faltan políticas de protección
Una socióloga jinotegana consultada para este reporte sobre la denuncia de las mujeres campesinas, manifestó que el problema es que las leyes en Nicaragua son ahora papel mojado.
“El gobierno está preocupado más en reprimir y silenciar y no en proteger a las mujeres, los mecanismos de protección no existen, la gente que está en las comisarías no reciben preparación sobre violencia de género, además las mujeres no denuncian la violencia, porque no hay credibilidad en esas instituciones, y si denuncian a un funcionario sandinista de hecho perderán el caso. Por eso los policías hacen lo que no deben”, criticó.
Recordó que es en estos momentos, que se siente la ausencia de las organizaciones civiles de protección a la mujer que fueron arrasadas por el gobierno. “Ahora mismo estarían indagando sobre este abuso y alertando a las autoridades superiores de lo que está pasando”, afirma.
Agregó que otro problema es que la mujer campesina, está sola, ya que muchos esposos e hijos se han exiliado, o han emigrado, lo que provoca que los hogares ahora están bajo la responsabilidad de las mujeres y de eso se aprovechan los policías corruptos. “Esto es grave”, alertó la experta en temas de violencia de género.
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