Unos treinta buses rusos llegaron a la ciudad de Chinandega para competir con las viejas unidades, una veintena de busetas que realizan el recorrido interurbano al Reparto Estela, La Florida, Pedro Joaquín, Monserrat, la extensa Colonia Roberto González, barrios del noroeste periférico de Chinandega, entre otros.
Esto ha provocado incomodidad del gremio de cooperativas antiguas ante el tráfico intenso de la moderna flota, que sin terminales oficiales, circulan unas tras otra por los cuatro rincones del municipio.
Autoridades de la secretaría política del partido sandinista, de la Alcaldía, del Ministerio de Transporte y de la Unión Regional de Cooperativas de Transporte (Urecotraco) las entregaron a funcionarios políticos y “compañeros transportistas disciplinados” que ofrecen el servicio en esta ciudad.
Viejos concesionarios “fuera de pastel”
Las unidades rusas circulan escasamente con pasajeros y solo lo abordan con más usuarios en las horas pico. El pasaje se mantiene en seis córdobas por lo que se deduce, que operan con pérdidas, puesto que hay momentos de la mañana o la tarde, que prácticamente circulan vacíos con dos o tres pasajeros. La mayoría de la ciudadanía crítica que procedan de Rusia.
Los viejos concesionarios de interlocales que no fueron beneficiados, muestran su malestar porque antes apoyaron al partido del gobierno con el transporte durante desfiles y actividades partidarias y ‘con esto nos pagan’, dicen. Los dejaron fuera.
Se quejan calladamente, de lo contrario les suspenden las concesiones. La amenaza la hizo el secretario político José Manuel Espinoza "Chemaya", antes de la llegada de las unidades.
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